1 Capitulos inconclusos Sáb 12 Abr 2008, 5:22 pm
Fallen
総隊長 Taicho Roku
- Spoiler:
- Esto es una pequeña historia que escribia con mi exnovia, se trataba de un grupo de jovenes que conforman una banda y con el tiempo van muriendo. La protagonista que queda con vida es la que va develando todo el marco de trasfondo. Este es un paraje que ilustra sus pesadillas.
Dormir en las profundas
sombras es como eludir a la muerte en vida; un descanso pacífico para una mente
en caos. Al menos, así lo es hasta que la perpetua oscuridad se perturba por la
lucidez de la realidad a la media noche cuando el sueño es más profundo y tal
vez recuerdes sus versos como una metáfora de locura sin sentido. Diríamos que
es normal entre el rango de normalidad, muchas veces ni me acuerdo, otras no me
importa pero la lucidez de mis pesadillas hacen sentir la noche en día y la
inconciencia en realidad. Sin embargo, tener un mal sueño no es raro, pero el
mimo sueño todos los días te quita la calma y cuando cada noche se vuelve peor
su terror, te quita el placer del descanso y ahora le tengo miedo a dormir y
creo que mi cuerpo ya está notando la fatiga.
Como toda oda de destrucción,
empieza con la quietud. A mí me toca en un escenario montañoso, cerca de un
escabroso precipicio, donde aparecen 2 espectros que se entregan al suicidio,
cayendo por separado, tratando de abrazarse en la caída.
Algo que me tiene confundida
es que ella me parece conocida, a pesar de que ambos son extraños. Al principio
me acostumbré a ver dicha escena pero llegó un punto en que ya estaba sintiendo
como si fuese parte de ella. Lo curioso es que siempre veía la caída, pero
nunca sentía el impacto, pese que él siempre se precipitaba y yo no. Aun así,
el sueño seguía... me daba una sensación fría turbia, como estar perdida en la
niebla. Los escalofríos eran los que normalmente me despertaban, hasta que me
acostumbré al sentimiento de soledad (como si no fuese nueva para mí) y en la
insensible contemplación, me llenaba de arrepentimientos por todo lo que ha
pasado en mi vida.
Después, cada vez que soñaba,
de la niebla aparecían plumas blancas de gran tamaño, lo que me hizo pensar que
estaba en el rincón del cielo que conecta con el límpido infierno blanco, como
una gélida tundra.
Más tarde, a la distancia se
veía una perturbadora mancha negra que se venía acercando con gran velocidad
hacia mí. A su paso, se desenhebraba agitadamente, precipitándose, sin dejarme
escape alguno, para darme cuenta que era la cabellera larga y oscura de una
mujer con un vestido blanco, largo y desgarrado.
Al principio me tranquilicé
un poco[1]porque
ella caía casi inmóvil, como inerte, pero cuando alcancé a ver su rostro,
oculto por la cinética de su pelo alborotado que no mostraba expresión, logré
ver que además de su pelo, se veían letras escarlatas grabadas en su pálida
piel mutilada, manchada de una quebradiza palidez incolora. Así, cuando abrió sus
ojos y extendió la mano de golpe, la impresión me despertó aterrada, sudando
frío... No volví a conciliar el sueño en tres días porque, incluso dormitante,
veía dicha aparición que me hizo desmayar varias veces...
Ese fue mi boleto al
psiquiatra, ya hasta mi madre me creía loca, pero ella nunca entendería...
Aún así el doctor Seveth fue
el único que me comprendía y me ayudó a enfrentar mis miedos para tratar de
entender el origen de mis pesadillas que, según me dijo, no me parecían
propias. Así que traté de enfrentarme a mi musa diabólica...
Y así fue, llegué al clímax
de mi pesadilla para comunicarme con dicha alma en pena y ésta me dio un breve
abrazo, tan frío como un cadáver congelado. Por un momento creí que quería
robar la tibieza de mi cuerpo pero, al ver la profundidad de sus ojos, me di
cuenta que no había maldad en ellos, mas estaban llenos de una tristeza y
soledad que se parecía mucho a la mía.
Recuerdo haber tenido varios
sueños en los que solo la veía a los ojos, como comunicando en susurros
silenciosos nuestros pesares que nos traerían melancolía. Al tiempo empecé a
hablarle y ella me respondía a veces con incoherencias pero pude descifrar de
sus ideas su triste historia:
Al parecer, a ella siempre le
atrajo la magia en tiempos de intolerancia, lo que le costó recriminaciones,
rechazos sociales y familiares; así que ella creció con su soledad, al igual
que yo. Lo único que llegó a apreciar fue su magia y sus pocos verdaderos
amigos, de los cuales repetía sus nombres con gran admiración. Uno de ellos fue
el de mi bisabuela... Yo nunca la conocí, pero mi abuela me había enseñado
fotos de ella cuando vivía, lo cual me hizo pensar que ella era un fantasma del
pasado olvidado en la historia aparentemente inexistente, por lo que me dio
curiosidad de llegar a conocerla.
Al parecer, por sus
diferencias familiares, fue comprometida con un tipo de “buena familia”, sin
escrúpulos y manipulador. Al mismo tiempo, se enamoró de un joven de origen
humilde, atrayente por su personalidad.
Ya sé que suena muy tele
novelesco pero, aún así las telenovelas tienen un final feliz, o al menos las
tragedias tienen una moraleja. Sin embargo, ésta solo tiene tristeza, porque
cuando ella trató de evadir su compromiso fue reprochada por su familia,
torturada por miradas indiferentes y acosada por su prometido (aunque aún no
estoy segura, creo que hasta en el ámbito sexual). Por lo tanto, se refugió en
sus amigos, su amor y su magia, esta última como su única herramienta, la
aplicó para pedir por su buen augurio en un extraño ritual. Lo estuve
estudiando y aparenta tener muchas bases en diferentes tipos de magia blanca,
provenientes de varias culturas, pero que conservan una unidad conceptual
impresionante. Aun así, algo le salió mal y desde entonces dice que una sombra
la hostiga, y de ahí en adelante todo le salió peor. Al tratar de encubrir la
relación que tenia con su novio, sus amigos fueron víctimas de un
“desafortunado” accidente, el cual achaca a su prometido, que fue absuelto por
falta de pruebas. Y así su existencia fue vaciada porque perdió su honra, su
familia y su amor le era prohibido; así que hizo lo único que sabe hacer: su
magia.
Poema
de Tyra, falling in love, armas tomar.