1 Oh oh, soy un alien, soy un otaku en Costa Rica Dom 23 Nov 2008, 4:32 am
Izumi-sensei
Active AniMember
Les dejo este artículo que me pareció muy interesante, es hecho por una antopóloga y es sobre la cultura Otaku en el país... y pues estemos orgullosos, pues hasta nombran este club ^^
Si el formato del artículo les resulta incómodo, leanlo en el sitio original, está al final el link, pero no olviden comentar
Si el formato del artículo les resulta incómodo, leanlo en el sitio original, está al final el link, pero no olviden comentar
Oh oh, soy un alien, soy un otaku en Costa Rica
Anabelle Contreras Castro**
Agradezco a mis otakus-alumnos, por haberme acercado al tema y haberme enseñado con paciencia algo de su otaku-mundo
Agradezco a mis otakus-alumnos, por haberme acercado al tema y haberme enseñado con paciencia algo de su otaku-mundo
Costa Rica
Por mas
fuerte que esté la época del año o los cambios climáticos violentos del
Caribe, el sol insiste siempre en encadilar la capital pero no logra
quemar el cromo, el vapor sube desde el asfalto y las gotas de sudor
bajan desde las frentes para completar el ciclo de la lluvia. Los otakus
resisten, se visten de negro y salen a la calle. Los encuentro en las
aulas de la universidad y al principio los confundo con los aficionados
a la moda punk del cromo y el negro. Basta hablar con ellos para saber que son otakus (no dark, ni punks,
ni góticos, ni metaleros, aunque varias de estas identidades se
combinen) y que por más trópico no les va la guayabera, ni las camisas
de flores Miami-style, ni las coloridas que usan los
identificados con lo indígena, ni las camisetas blancas que dicen “No“
al Tratado de Libre Comercio (aunque los otakus que conozco se opongan), ni las amarillas de los que intentan salir de la adicción al crack.
Los Otakus
Un otaku,
por intentar una definición desde aquí, es un miembro de esa comunidad
transnacional de comsumidores del anime japonés, habitante a ratos
(medibles en horas/internet u horas/televisión) del Japón fabricado y
exportado a través de los medios, mezcla de hiper-tecnología y
tradiciones milenarias y a ratos de una Costa Rica que no ofrece
mayores atractivos para la identificación local. La palabra otaku,
que en japonés significa “fanático de cualquier cosa“, en el resto del
mundo significa “fánatico del anime“ y por ende admirador de otras
artes y costumbres de Japón. Podemos decir que también significa
practicante de las formas alternativas, entiéndase piratas, de
adquisición de su objeto principal de consumo.
Un otaku
es tambien fanático de lo urbano, un bicho de ciudad fascinado con la
tecnología multimedial, un viajante entre algunos retazos de su cultura
local y otros del ciberespacio. En muchos casos un otaku se
adentra en otras costumbres asiáticas, artes marciales, prácticas
religiosas o filosóficas ligadas a la naturaleza, en muchos casos un otaku no vive en la capital, sin embargo, hasta los otakus de
zonas que aun se insiste en llamar rurales, por sus prácticas de
desplazamiento entre lo real y lo virtual, son residentes de las urbes
del anime.
El anime
Pertenezco
a la generación que de niños vimos en los setenta al pinochio de los
libros de cuentos convertido en robot: la serie Astro Boy, primer
anime, obra del maestro Osamu Tezuka por muchos visto como el padre del
género. Nunca pudimos haber imaginado que estábamos asistiendo como
espectadores a la inauguración de un género que sería no sólo consumido
por millones en el planeta entero, incluyendo a nuestros hijos, sino
que además influiría en el habla y la vida cotidiana de sus seguidores.
En aquel entonces teníamos un televisor blanco y negro por todo
instrumento tecnológico, de modo que la comunidad de televidentes
nacionales fue la única imaginada y comprobada.
En los
años ochenta el género anime continuó su evolución y ya en los noventa,
con la multiplicación de los poseedores de una PC y la popularización
del uso de internet, se conformó definitivamente una comunidad
planetaria de otakus. Para el desarrollo del género tuvieron
que ocurrir un par de acontecimientos: el arte del Manga en Japón que
data del siglo XII y que nace como forma de comunicación de
conocimientos históricos, religiosos, o científicos, el género del
comic o la historieta, desarrollado en Europa y difundido ampliamente
en Estados Unidos, desde donde llegó a Japón, la revolución tecnólogica
y los procesos de mundialización de la comunicación.
Se
dice que el primer anime, diseñado como todos a partir de un Manga, fue
hecho en ese contexto de la posguerra, como un intento de subir la
moral japonesa al proponer un héroe local.
Desde entonces el anime es un espacio en donde, aseguran los otakus,
se tratan los problemas del ser humano y su mundo de sentimientos,
presentando situaciones de la vida real. Algunas series reflejan
conflictos derivados de la tecnología, tocan temas como la manipulación
genética o el desarrollo del Internet (Gene shaft, Serial experiments lain)
y las posibles repercuciones conflictivas en un futuro inmediato. Los
temas son tan variados que se agrupan en subgéneros: animes de acción,
historia, suspenso, aventura, amor y sexo homo y heterosexual.
Los Otakus
Un otaku,
en general, maneja un par de saberes: suele conocer o ser aficionado a
las artes visuales y opera con distintos programas de computación,
tiene una buena computadora y un televisor con DVD. Es además miembro
de una comunidad real que son sus amigos otakus y de una
virtual y transnacional, que reune a sus miembros en foros
continentales (Hispaotaku) o transnacionales (AnimeNation) en donde
discuten temas muy variados, en español o inglés con seudónimos en
japonés. En el caso de Latinoamérica funcionan alrededor de sitios en
español que muestran la conformación de un grupo que lejos de limitarse
a consumir, discute temas relativos a la calidad de las traducciones,
problemas de acceso, novedades del género y del mercado, crítica de
contenidos, así como la piratería, su conveniencia y necesidad. En el
caso de los otakus costarricenses, existe un canal de
comunicación nacional (¡!), el sitio www.animeclubcr.com, entre otros,
por medio de los cuales se encuentran para la discusión, el intercambio
y hasta para la exposición de sus espacios privados decorados a la
usanza otaku. Al respecto me cuenta un otaku que
encuentro en la red: "[...] somos por lo general personas de criterio
amplio, discutimos temas de tecnología, discutimos sobre la sociedad,
el anime, el manga y los videojuegos, hablamos de todo, estos foros son
muuuy nutritivos."
FUENTE: http://www.puntocero.de/content/otaku.html
Por mas
fuerte que esté la época del año o los cambios climáticos violentos del
Caribe, el sol insiste siempre en encadilar la capital pero no logra
quemar el cromo, el vapor sube desde el asfalto y las gotas de sudor
bajan desde las frentes para completar el ciclo de la lluvia. Los otakus
resisten, se visten de negro y salen a la calle. Los encuentro en las
aulas de la universidad y al principio los confundo con los aficionados
a la moda punk del cromo y el negro. Basta hablar con ellos para saber que son otakus (no dark, ni punks,
ni góticos, ni metaleros, aunque varias de estas identidades se
combinen) y que por más trópico no les va la guayabera, ni las camisas
de flores Miami-style, ni las coloridas que usan los
identificados con lo indígena, ni las camisetas blancas que dicen “No“
al Tratado de Libre Comercio (aunque los otakus que conozco se opongan), ni las amarillas de los que intentan salir de la adicción al crack.
Los Otakus
Un otaku,
por intentar una definición desde aquí, es un miembro de esa comunidad
transnacional de comsumidores del anime japonés, habitante a ratos
(medibles en horas/internet u horas/televisión) del Japón fabricado y
exportado a través de los medios, mezcla de hiper-tecnología y
tradiciones milenarias y a ratos de una Costa Rica que no ofrece
mayores atractivos para la identificación local. La palabra otaku,
que en japonés significa “fanático de cualquier cosa“, en el resto del
mundo significa “fánatico del anime“ y por ende admirador de otras
artes y costumbres de Japón. Podemos decir que también significa
practicante de las formas alternativas, entiéndase piratas, de
adquisición de su objeto principal de consumo.
Un otaku
es tambien fanático de lo urbano, un bicho de ciudad fascinado con la
tecnología multimedial, un viajante entre algunos retazos de su cultura
local y otros del ciberespacio. En muchos casos un otaku se
adentra en otras costumbres asiáticas, artes marciales, prácticas
religiosas o filosóficas ligadas a la naturaleza, en muchos casos un otaku no vive en la capital, sin embargo, hasta los otakus de
zonas que aun se insiste en llamar rurales, por sus prácticas de
desplazamiento entre lo real y lo virtual, son residentes de las urbes
del anime.
El anime
Pertenezco
a la generación que de niños vimos en los setenta al pinochio de los
libros de cuentos convertido en robot: la serie Astro Boy, primer
anime, obra del maestro Osamu Tezuka por muchos visto como el padre del
género. Nunca pudimos haber imaginado que estábamos asistiendo como
espectadores a la inauguración de un género que sería no sólo consumido
por millones en el planeta entero, incluyendo a nuestros hijos, sino
que además influiría en el habla y la vida cotidiana de sus seguidores.
En aquel entonces teníamos un televisor blanco y negro por todo
instrumento tecnológico, de modo que la comunidad de televidentes
nacionales fue la única imaginada y comprobada.
En los
años ochenta el género anime continuó su evolución y ya en los noventa,
con la multiplicación de los poseedores de una PC y la popularización
del uso de internet, se conformó definitivamente una comunidad
planetaria de otakus. Para el desarrollo del género tuvieron
que ocurrir un par de acontecimientos: el arte del Manga en Japón que
data del siglo XII y que nace como forma de comunicación de
conocimientos históricos, religiosos, o científicos, el género del
comic o la historieta, desarrollado en Europa y difundido ampliamente
en Estados Unidos, desde donde llegó a Japón, la revolución tecnólogica
y los procesos de mundialización de la comunicación.
Se
dice que el primer anime, diseñado como todos a partir de un Manga, fue
hecho en ese contexto de la posguerra, como un intento de subir la
moral japonesa al proponer un héroe local.
Desde entonces el anime es un espacio en donde, aseguran los otakus,
se tratan los problemas del ser humano y su mundo de sentimientos,
presentando situaciones de la vida real. Algunas series reflejan
conflictos derivados de la tecnología, tocan temas como la manipulación
genética o el desarrollo del Internet (Gene shaft, Serial experiments lain)
y las posibles repercuciones conflictivas en un futuro inmediato. Los
temas son tan variados que se agrupan en subgéneros: animes de acción,
historia, suspenso, aventura, amor y sexo homo y heterosexual.
Los Otakus
Un otaku,
en general, maneja un par de saberes: suele conocer o ser aficionado a
las artes visuales y opera con distintos programas de computación,
tiene una buena computadora y un televisor con DVD. Es además miembro
de una comunidad real que son sus amigos otakus y de una
virtual y transnacional, que reune a sus miembros en foros
continentales (Hispaotaku) o transnacionales (AnimeNation) en donde
discuten temas muy variados, en español o inglés con seudónimos en
japonés. En el caso de Latinoamérica funcionan alrededor de sitios en
español que muestran la conformación de un grupo que lejos de limitarse
a consumir, discute temas relativos a la calidad de las traducciones,
problemas de acceso, novedades del género y del mercado, crítica de
contenidos, así como la piratería, su conveniencia y necesidad. En el
caso de los otakus costarricenses, existe un canal de
comunicación nacional (¡!), el sitio www.animeclubcr.com, entre otros,
por medio de los cuales se encuentran para la discusión, el intercambio
y hasta para la exposición de sus espacios privados decorados a la
usanza otaku. Al respecto me cuenta un otaku que
encuentro en la red: "[...] somos por lo general personas de criterio
amplio, discutimos temas de tecnología, discutimos sobre la sociedad,
el anime, el manga y los videojuegos, hablamos de todo, estos foros son
muuuy nutritivos."
FUENTE: http://www.puntocero.de/content/otaku.html